Frederic Leighton, el primer Barón Leighton, nació en Inglaterra en 1830 y murió en 1896, siendo pintor y escultor.
Nació en una familia acomodada que se dedicaba a la importación y exportación.
Estudió arte con Eduard Von Steinle y luego con Giovanni Costa y a los 24 años viajó a Italia asistiendo a la Academia de Florencia.
Su escultura «Atleta luchando con una Pitón» fue considerada como renacimiento de la escultura británica contemporánea.
Vamos a hablar un poco aquí de uno de sus más bellos óleos: «Sol ardiente de junio» que pertenece a la época victoriana de la pintura Británica y se encuentra en el Museo de Arte de Ponce de Puerto Rico.
La pintura muestra una hermosa joven vestida de color naranja , durmiendo acurrucada y atrás, si nos fijamos bien, hay una serpiente que la está acechando.
Parece hablarnos de que la juventud, además de dormilona está acechada también por la muerte.
En «La Interpretación de los Sueños» , Freud recalca que el Yo resguarda el deseo de dormir, el Yo es lo que cuida el sueño, si falla, falla el sueño y se `produce el despertar.
El que duerme ante todo, para Freud, quiere dormir, y cuando el deseo amenaza con despertarlo, acomoda el deseo a un sueño que le permita seguir durmiendo.
El dormir es crucial para el mantenimiento de la salud mental, a punto tal que si no se duerme por un largo tiempo puede desencadenarse la locura.
El insomnio prolongado por lo tanto, puede llevar a la psicosis.
Si bien es cierto que en la juventud se duerme más y a medida que avanzan los años se necesita dormir menos.
Pude ver esta belleza de cuadro en el Museo del Prado en Madrid, en una exposición itinerante que traía también «La Bella durmiente», es realmente fascinante, el tratamiento de la posición del cuerpo, el cabello, el rostro y el color, así como el fondo de verano europeo, nos deja hechizados.
Es realmente una de las más bellas pinturas de la Historia del Arte, «Sol ardiente de junio». Inolvidable.
Winnicott diferencia el ensueño diurno como fantasía, del soñar como un hacer. El sueño protege el dormir y despertamos para seguir soñando (como dice Lacan).
Esplendida pintura, llena de belleza, vitalidad y misterio «Flaming June». Me parece una joya del arte, como pocas, no comprendo como pudo ser desvalorizada tanto tiempo.Gracias.
Una maravilla de la pintura, inolvidable, ese abandono, ese sopor, esa belleza, ese misterio…
gracias por recordarla.
Joyas del arte como ésta hay pocas, tuve el privilegio de verla personalmente y es deslumbrante absolutamente, para no olvidar, ese color maravilloso, esa belleza, el abandono y acurrucamiento de la hermosa muchacha, una idea genial de este gran artista. Felicitaciones.
No lo conocía, después de buscar en su biografía descubrí un gran talento, tanto en la pintura como en la escultura.
Maravillosa su obra, digna de ser mirada profundamente. Gracias Cristina Daneri.
Unos colores deslumbrantes para definir una postura y un estado: el dormir. La serpiente parece recordarnos que ni siquiera alli estamos a salvo de los peligros. La pérdida del sueño, una inquietante cuestión de salud. Para reflexionar en estos tiempos de angustia extrema, donde el mejor remedio puede encontrarse en la reflexión y en el encuentro con el otro, despiertos. Hermosa pintura.
Tuve la oportunidad de contemplarlo largo tiempo, es extraordinario, de una belleza sobrecogedora e inolvidable; se trata de un gran artista no tan conocido, de lo mejor de la época victoriana. Muy interesante tu comentario sobre el sueño y el Ego.
Lo ardiente y lo peligroso. Que bella pintura!
Un cuerpo joven entregado al sueño: el color brillante de la vestimenta, la ondulación de la postura que revela flexibilidad, el rostro relajado al dormir… todos los elementos dan como resultado una experiencia estética como pocas. El pintor ha sabido mirar y traducir el misterio de una dimensión que se juega más allá de la conciencia, por medio de la belleza.
El psicoanálisis trata de dar cuenta, a partir de la teoría, de ese enigma cotidiano, que insiste y nos fascina cada vez.
Obra admirble. La desconocío y ahora me resulta difícil despegarme de ella. La placidez e inocencia del sueño mientras la serpiente acecha: lo ideal se mezcla con lo real y quiebra la mansedumbre (tardé en descubrir al ofidio; pero, en cuanto lo detecté, el sentido de la obra giró ciento ochenmta grados).