Fanny Mendelssohn gran compositora de música clásica alemana, nació en Hamburgo en 1805 y murió en Berlín en 1847.
Posteriormente fue denominada Fanny Hensel y fue pianista y compositora de bellas y prolíficas partituras hermana del famoso compositor de clásica Felix Mendelssohn y nieta del filósofo Moisés Mendelssohn de origen judío y alemán.
Nace en el seno de una familia acomodada judía (su padre era banquero) que se convirtió al protestantismo.
A Fanny, por ser mujer le esperaba un destino exclusivo de esposa y madre (que lo fue) y su familia no la alentó en la música como a Felix.
Compuso 466 piezas musicales y su canción «Italia» era la preferida de la Reina Victoria que se la atribuía a su hermano.
De algún modo fue una predecesora del género » canciones sin palabras «.
Hay bibliografía sobre su vida y la de su familia narrada por su hijo.
Aquí nos vamos a referir a una bellísima pieza suya «Piano Trío Op 11» (que la pueden encontrar en youtube), porque recuerda lo que Freud dice del sentimiento oceánico, el ser uno con el Todo, parte de la grandeza del mundo como un todo, donde el yo pasaría a segundo lugar.
La composición a la que nos referimos recuerda con creces, con toda su belleza, este profundo sentimiento oceánico del que Freud habla en «El malestar en la cultura».
Veamos como lo dice Freud: » De esta manera, pues, el yo se desliga del mundo exterior, aunque más correcto sería decir :originalmente el yo lo incluye todo; luego , desprende de sí el mundo exterior. Nuestro actual sentido yoico no es, por consiguiente, más que el residuo atrofiado de un sentimiento más amplio, aún de envergadura universal, que correspondería a una comunión más íntima entre el yo y el mundo circundante.Si cabe aceptar que este sentido yoico primario subsiste-en mayor o menor grado-en la vida anímica de muchos seres humanos , debe considerársele como una especie de contraposición del sentimiento yoico del adulto , cuyos límites son más precisos y restringidos. De esta suerte , los contenidos ideativos que le corresponden serían precisamente los de infinitud y de comunión con el Todo, los mismos que mi amigo emplea para ejemplificar el sentimiento «oceánico»… » (extracto del «El malestar en la cultura» página 3020 de las O.C. en tres tomos.
Sin duda se trata aquí de una compositora enorme, a la que hay que apreciar en toda su amplitud y profundidad.
Sentir ser parte de un Todo, tarea nada sencilla. Escuchando la pieza que recomendas de esta gran música. Y pensando la linda asociación con el escrito de Freud.
Es una pena que una compositora tan talentosa haya sido ninguneada, pero su caso no es una excepción. Muchas mujeres fueron opacadas en el arte, sacrificadas exclusivamente a la rigidez del rol de esposa y madre, y no facilitando el desarrollo de otras posibilidades creativas.
La música suele ser la expresión humana que mejor da cuenta del «sentimiento oceánico», tan bien descripto por Freud. Tiene una cualidad envolvente: la ausencia de palabra borra los límites entre el yo y el mundo, estableciéndose una relación sin intermediarios. Así es como la infinitud se vuelve íntima, y recibimos un soplo de eternidad…
Me ha gustado muchísimo el comentario, es extraordinario y profundo. Por el cual, comprendemos el sentido creativo de la obra de la autora, y también conocer y rescatar del olvido a esta gran compositora. He escuchado la pieza que nos aconseja y es maravillosa.
Muchísimas gracias.
El artículo es muy bueno y la pieza musical enormemente bella, es increíble que esta compositora no sea más conocida, sin duda ensombrecida por su hermano, como casi todas las mujeres, ensombrecidas por los hombres. gracias y felicitaciones.
La expresión «sentimiento oceánico» que cita la autora al citar a Freud, evoca una posibilidad casi olvidada por todos: la de dejar de lado tanto protagonismo narcisista y volcarnos a compartir el mundo exterior. El dato que la reina británica creyera que la autoría de una de sus melodías preferidas fuese del hermano de la creadora, es todo un dato sobre la incapacidad no solo ya de aceptar que una mujer pudiera hacerlo, sino de todo un concepto general que encierra al individuo en una formidable fortaleza: nosotros mismos.
Un artículo brillante, felicitaciones y gracias por recordar a esta maestra de la música.
Fascinante melodía de esta grande y dejada de lado compositora, sin duda su condición de mujer en una época como aquella( y aún en la nuestra) influyó en que no se destacara como merecía. Felicitaciones.
Cristina Daneri, gracias a tu publicación sobre esta extraordinaria compositora, me baje su música y realmente te toca el alma. No hay palabras, solo música que sale del alma.
El sentimiento oceánico: una cuestión que no fue lo suficientemente tratada por el psicoanálisis.
Hermosa pieza musical, evocadora, como diría Freud, del sentimiento oceánico que no toda la música evoca. Muy buen trabajo, felicitaciones y gracias.
Hermosa obra musical, que desconocía, así como la existencia de su autora. Desconocía también el concepto «sentimiento oceánico». Gracias por haberme enriquecido.
Romain Rolland, el amigo al que alude Freud como quien le sugiere el ‘sentimiento oceánico’, fue un firme y acérrimo luchador en contra de la guerra (un oximoron, no?) y en favor de la paz. No es casual que un alma tan sensible sea quien le acercara este tema al creador del Psicoanálisis. Tampoco que sea una mujer la que nos evoque con su creación musical tal sentimiento. Y que lo que sobrevuela toda esta cuestión sea ni más ni menos que el narcisismo…