Wolfgang Amadeus Mozart nació en Salzburgo en 1756 y murió en Viena en 1791, maestro del clacisismo, uno de los más influyentes músicos de la historia, con una producción variada y profusa, que alcanza la Ópera y todo tipo de piezas de música clásica.

Consideramos que su «Misa de Requiem» es una de las más geniales composiciones de toda la Historia de la Música.

Mozart, ya en su infancia demostró una capacidad prodigiosa en el teclado y el violín; a los 5 años, ya componía obras musicales.

En su visita a Viena en 1781, fue despedido de su puesto en la corte, pero se hizo famoso aunque pasando por grandes penurias económicas.

Su estilo se caracteriza por la elegancia y la exquisitez, pero también por la oscuridad y la pasión, pasando por la alegría.

Vamos a hablar de una bellísima y breve composición suya: el «Ave Verum Corpus».

El «Ave Verum Corpus» es un breve himno eucarístico que data del siglo XIV y se atribuye al Papa Inocencio VI. Varios compositores le han puesto música entre ellos Mozart y Gounod.

Se solía cantar en la misa, durante la consagración, particularmente al elevar la hostia.

«Ave verum Corpus» significa «Salve verdadero cuerpo».

Se trata de una reflexión sobre la presencia real de Cristo en la eucaristía.

La compuesta por Mozart es un coro que parece de ángeles: sutil, como una caricia lenta, suave y casi dolorosa sobre el cuerpo de Cristo; llena de misticismo.

Pero ¿qué es para Lacan el misticismo?

Lacan lo identifica con el goce femenino,por eso San Juan de la Cruz queda del lado del goce femenino (con su bella composición en verso «La noche oscura del alma»), que es puesto del lado del no-todo, algo que escapa al discurso, como goce de Dios.

Es una posición atea porque el Otro está castrado, barrado. Queda del lado de los teólogos negativos, lo cual es explícito en el Seminario 11 cuando cierto teólogo dice «Dios no es».

Si pensamos a Dios como Otro, el Otro barrado, castrado, no se define por lo que es, sino por lo que no es.

El misticismo no tiene que ver con una teología positiva, la teología positiva busca explicaciones.

Para Lacan los teólogos son los principales ateos porque quieren explicar a Dios como un concepto, p.ej. Santo Tomás de Aquino dice que Dios es puro acto de creación.

En cambio, para los místicos Dios es una experiencia. Es una diferencia sustancial.

Tras escuchar el «Ave Verum Corpus» de Mozart pensamos que el genial artista era un místico, queda del lado de los místicos.