William Wordsworth nació en Inglaterra en 1770 y murió en 1850, fue uno de los poetas románticos junto a Coleridge que contribuyó a la evolución de la época romántica de la literatura inglesa, con la publicación conjunta de «Baladas líricas» en 1798.

Esta obra influyó decisivamente en el romanticismo del siglo XIX.

Su lenguaje es sencillo e inmediato y su poesía fuertemente innovadora con personajes de extracción humilde.

Visitó la Francia revolucionaria y apoyó el movimiento republicano, estando en Francia cerca de un año, desde donde prosiguió su viaje por Europa para regresar, luego, a Inglaterra a la zona de los lagos donde vivió.

Hizo un culto a la juventud, la ingenuidad y el candor, así como una visión panteísta de la naturaleza.

Vamos a transcribir aquí un fragmento de su bella ODA A LA INMORTALIDAD, para su posterior comentario:

Los signos de la inmortalidad

Aunque el resplandor
que en otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mi mirada

Aunque mis ojos ya no
puedan ver ese puro destello
que en mi juventud me deslumbraba

Aunque no pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba
de la gloria en las flores
no debemos afligirnos
porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo

en aquella primera simpatía
que habiendo sido una vez,
habrá de ser por siempre

en los consoladores pensamientos
que brotaron del humano sufrimiento
y en la fe que mira a través de la muerte

Gracias al corazón humano
por el cual vivimos
gracias a sus ternuras, a sus alegrías
y a sus temores,
la flor más humilde, al florecer
puede inspirarme ideas que a menudo
se muestran demasiado profundas para las lágrimas.

Es un poema sobre la nostalgia, sencillo, profundo, muy hermoso y delicado.

Freud, en su «Proyecto de una psicología para neurólogos» posee un apartado denominado La experiencia de satisfacción, que es a lo que alude este gran poeta. Se trata de un tiempo mítico donde el ser humano se colma de satisfacción, intentando el deseo volver a la misma experiencia, a su imposible repetición. Pero el poeta es optimista y nos hace sentir que «la belleza subsiste siempre en el recuerdo». Es la nostalgia de un pasado inalcanzable pero que, si el mundo interior está enriquecido, el recuerdo hará las veces de la dicha alcanzada en otro tiempo, remoto.

Es muy importante señalar que el mundo interior es la clave para que los recuerdos nos sean agradables,aunque sepamos de que se trata de algo irremediablemente perdido: la nostalgia y no la melancolía que se siente cuando el mundo interno está empobrecido.

Sin duda en este poema se refleja una rica espiritualidad, un mundo interno lleno de riquezas y de un pasado esplendoroso.

Recomendamos la lectura de este apartado de Freud , así como la de los poemas de este grande de la literatura.