La gran escritora M. Yourcenar ( Bélgica, 1903- EE.UU.,1987) novelista, cuentista, ensayista, poeta y traductora francesa nacionalizada norteamericana, posee una obra llena de pasión y musicalidad que es difícil de olvidar.
Su madre que provenía de la aristocracia belga murió a los diez días de haber nacido ella, y de este modo, fue educada por su padre (del que habla en autobiografías) al Norte de Francia, quien le enseñó latín a los diez años y griego clásico a los doce.
En 1951 publica su novela “Memorias de Adriano” con gran repercusión en la crítica y el público.
En 1980 es la primera mujer escogida miembro de la Academia Francesa.
En 1956, en Bélgica, publica un librito no muy conocido pero bellísimo, llamado “Las Caridades de Alcipo y otros poemas”, del que hemos elegido un poema por su relación con el psicoanálisis.
El libro es de edición bilingüe , de la colección Visor de poesía con traducción de Silvia Baron Supervielle.
Se trata de dos poemas llamados “Escritos al dorso de dos cartas postales”, nosotros transcribiremos el primero:
Una sirena llora
La salida de un barco
Sobre el agua que borra.
Yo sufro la ausencia
Y el espacio duro;
La pena es un muro.
La ruta es una trampa:
Ni trenes, ni navío;
El viaje está vacío.
Este hermoso poema es una metáfora de la vida como viaje “vacío”, es decir como sostenía Freud, a pesar que algunos se confundieron, la vida no tiene un destino prefijado; sí, en cambio existe , lo que Freud llama “compulsión a la repetición”: repetir circunstancias o hechos, etc. desagradables por las marcas que dejó en el Inconsciente.
Así, Freud habla por ejemplo de Neurosis de Destino, en personas que repiten acontecimientos dolorosos a lo largo de su vida ¿la causa? No es que haya un destino, sino que esa persona está bajo el influjo de la compulsión a la repetición, como un intento desesperado por elaborar hechos o circunstancias desagradables de su vida pasada.
Muchos creyeron en su época que el psicoanálisis creía en el destino, que Freud creía en el destino, como quien cree en el auspicio de los astros, pero esto no es así: para Freud el ser humano está determinado por su infancia pero es libre , si exceptuamos las sujeciones que como hombre le impone la vida y el Inconsciente.
Recomendamos toda la obra de Marguerite Yourcenar, este libro con el gran poema “Las caridades de Alcipo”; el libro “Fuegos”, “Alexis”; el bellísimo cuento del libro “Como el agua que fluye”: “Ana, hermana”, “Memorias de Adriano”, “El tiro de Gracia”, “Mishima o la visión del vacío”, etc.
Es una de las más grandes escritoras del siglo XX, con dos premios tan solo en su haber.
Hermoso poema, gran escritora, como pocas con libros inolvidables. Muy interesante la conexión con el psicoanálisis desde el poema. Gracias.
Una de las mas grandes escritoras de todos los tiempos. Me gustó mucho el poema, con la pasión que la caracteriza. Muy sugerente la correlación psicoanalítica.
Una de mis escritoras favoritas, extraordinaria, apasionada y original. Excelente asociación con el psicoanálisis, muy interesante lo de la neurosis de destino.
Una artista extraordinaria, original y muy fértil. El poema elegido es muy bello y sugerente. Interesante la relación con el psicoanálisis y la oposición de las neurosis de destino.
Yourcenar, educada por el padre al perder a la madre a los diez días de vida, fue una enorme escritora como este poema lo demuestra e invita a recorrer su obra tan rica en sugerencias como evocadora de esa ausencia fundamental que condicionó su vida. También para re-pensarla a través del psicoanálisis.
Bellísimo poema de una gran artista, inteligente y original, fértil y apasionada, musical y cultísima. Muy buena la correlación con el psicoanálisis.
Una escritora extraordinaria para la historia de la literatura. Un poema profundo, bello y sugerente. Muy buena la interpretación psicoanalítica. Gracias.
Que bello poema ! Y el siempre, «adelantado», brillante Freud ! Gracias por éste artículo !
Inolvidable «Memorias de Adriano»! Yourcenar es brillante para pintar una época y su visión del mundo.
Y con respecto al poema…»el viaje está vacío» me hizo acordar al famoso verso de A. Machado: «caminante, no hay camino…». Todo gran poema nos habla de una verdad existencial que resuena en nosotros de una manera particular, al encontrar las palabras justas para nombrarla.