Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires en 1899 y falleció en Ginebra en 1986. Hizo muchas traducciones, publicó ensayos, maravillosos cuentos y hermosas poesías.

Ciego desde los 55 años, fue muy polémico por sus posturas políticas que le impidieron ganar el Premio Nobel de Literatura al que fue candidato durante casi 30 años.

De su anteúltimo libro de poemas, “La Cifra”, elegimos un bello poema , también llamado “La Cifra”, el libro es de 1981.

Dice así:

 

 

La amistad silenciosa de la luna

(cito mal a Virgilio) te acompaña

desde aquella perdida hoy en el tiempo

noche o atardecer en que tus vagos

ojos la descifraron para siempre

en un jardín o en un patio que son polvo.

¿ Para siempre? Yo sé que alguien , un día,

podrá decirte verdaderamente:

No volverás a ver la clara luna,

Has agotado ya la inalterable

suma de veces que te da el destino.

Inútil abrir todas las ventanas

del mundo. Es tarde. No darás con ella.

Vivimos descubriendo y olvidando

esa dulce costumbre de la noche.

Hay que mirarla bien. Puede ser última.

 

 

 

Además de la alusión a que el hombre no está solo ante el universo, hay una advertencia: la de su propia muerte. Pero según Freud, esta advertencia sería inútil, ya que no hay registro de la propia muerte en el inconsciente, tan solo en la consciencia , el hombre es de los pocos animales que sabe que va a morir.

No hay registro de la propia muerte en el Inconsciente, porque es una experiencia no vivida, de la que no hay huella.

Se la confunde con la castración y la separación, por eso hay personas que viven una separación como una muerte.

Para el Inconsciente no existe el “No”, no existe la contradicción, sólo hay búsqueda de un objeto perdido que en realidad nunca existió.

Pero el poema de Borges es un llamado a aprovechar la vida, el universo, la belleza y compañía de la luna, ya que los días están contados.

La única experiencia de la muerte que conocemos, es cuando muere un ser querido, pero la experiencia continúa sin ser nuestra. Y lo que no ha sido experimentado, no puede estar registrado en el Inconsciente.

Cuando tememos la muerte, en realidad lo que tememos, lo que subyace, es el miedo a la soledad, y este hermoso poema nos recuerda que estamos acompañados por el universo y por nuestros semejantes, por algo, no sólo histórico, cita a Virgilio: los muertos también nos acompañan, como “La Eneida” acompañó la monumental obra de este gran maestro , Jorge Luis Borges.