El poeta belga, nacionalizado francés, nació en Namur en 1899 y murió en París en 1984.

Abandonó sus estudios de medicina para embarcarse en la marina mercante francesa viajando a Río de Janeiro y Buenos Aires.

Una vez en Paris se inicia en la literatura y descubre entusiasmado el surrealismo al que no pertenece pero del que conserva su frescura.

Viaja por todo el mundo y en el 37 se inicia como pintor. Un viaje a extremo oriente le inspira su famoso libro ( muy elogiado por Borges) “Un bárbaro en Asia”.

Es muy original su mirada de eterno viajero del mundo, se destaca por su frescura, gran sentido del humor e ironía, aunque también hay tragedia en su obra, como por ej, su bello poema “Nosotros dos aún” inspirado en la muerte por accidente automovilístico de su incendiada esposa.

El poema que vamos a analizar aquí, desde el psicoanálisis siguiendo el trabajo “Algunas reflexiones sobre el yo” de J. Lacan, es del libro “El que fui” de 1927.

Los que fui

Estoy habitado; hablo a los que fui y los que fui me hablan. Experimento a veces la molestia de sentirme extranjero. Los que fui constituyen ahora toda una sociedad y acaba de ocurrirme que ya no me entiendo a mí mismo.
-¡Acabemos!-les digo-. Yo he ordenado mi vida, no puedo ya prestar oídos a vuestros
discursos.
Que cada cual se tome su trozo de tiempo: vosotros habéis sido, yo soy. Yo trabajo, escribo una novela.
Comprendedlo. Y mandaos mudar…
-¡Publícame, por favor!…-me espeta uno.
-¡Vaya!…¡Hay cada pobre loco en mí!
Vosotros vivisteis un año, dos años a lo sumo, en común en mi pellejo y ahora queréis

venir a dominarme, a mí, que soy.
-Yo no quiero morir-dice uno que fui.
“Yo no quiero morir”, y es sin embargo un escéptico.

Es así como uno se deja engañar. Y es también así como se pierden tantas oportunidades. Se tiene el deseo de escribir una novela y se escribe sobre filosofía. Nunca se está solo en su pellejo.

Vemos que el poeta narra, en prosa en verso, el conflicto en el Ego de tantas identificaciones que son como las capas de la cebolla que el Ego posee. Y que dan un resultado engañoso: el poeta se afirma cono Yo, pero es un engaño más.

Nos remite al conflicto entre identificaciones en el seno del Yo, como ese “que cada cual se tome su tiempo” nos lleva a asociarlo con cada identificación pretérita que subsiste en el Yo.

Por otro lado Michaux demuestra magistralmente como el ser humano “es hablado”, esta lleno de voces que quieren hacerse oir, y esto tiene que ver conque el humano es un ser “bañado” por el lenguaje, un ser de lenguaje. Esto último remite al orden simbólico, en cambio el conflicto de identificaciones remite mas bien a lo imaginario.

En “Algunas reflexiones sobre el yo” Lacan subraya lo engañoso que es el Yo, como es predominantemente imaginaria su influencia en el psiquismo, y que esta compuesto por diversas identificaciones que pueden o no, entrar en conflicto.

Por otra parte el Yo es tironeado por el Superyo y el Ello, siendo el aspecto, a la inversa de lo que se creyó, más frágil de la personalidad.

Recomendamos la lectura de la obra de Michaux, ya que es singularísima, entretenida y llena de sentido del humor.