Lo significativo de estos complejos es que son los que estructuran la personalidad, de su resolución, fracaso o desvío van a depender los diferentes cuadros clínicos: psicosis (locura), perversión, y neurosis (confusión parcial entre fantasía y realidad).

Freud explicita su descubrimiento del Complejo de Edipo en una carta a su amigo de entonces el Dr.Fliess, de finales del siglo XIX. Confiesa que lo descubrió en su autoanálisis :todos tenemos un deseo sexual en la infancia dirigido a la madre, deseo que está condenado al fracaso, no solo por la Prohibición del Incesto, sino porque es imposible de realizar.

Luego Freud va a descubrir el Complejo en el análisis de sus pacientes.

Freud toma el término Complejo de Edipo de la tragedia de Sófocles “Edipo Rey”, y la idea de castración, en el arrancamiento de sus ojos por parte de Edipo cuando se da cuenta que ha matado a su padre y se ha acostado con su madre; pero también, en el ahorcamiento de Yocasta cuando toma consciencia de la verdadera tragedia.

Para Freud ambos sexos entre los 3 y los 5 años desean sexualmente a la madre, quieren ser todo para ella y abrigan deseos de muerte hacia el padre, deseos que, ambos, van a terminar siendo reprimidos. Pero esto no quiere decir que los niños no amen a su padre: es una posición oscilante y ambivalente, por supuesto que lo aman.

Freud va a decir que la niña se aleja de su madre por la entrada en el Complejo de castración: cuando se da cuenta que la madre no tiene pene y por eso lo desea al padre y, a su vez, que no le ha “dado” el pene a ella. Esto le produce rencor hacia la madre vuelca su deseo sexual al padre esperando un hijo de él, cosa, también, imposible y prohibida. Por esto la salida son la represión y las sublimaciones al depositar la energía sexual en objetos de la cultura.

En cambio el varón, sí tiene el pene, pero lo descubre insuficiente para saciar a la madre y además prohibido, por eso se vuelca homosexualmente al padre al que ama y admira. Su deseo sexual hacia el padre también es imposible y prohibido, así que el varón, dice Freud ,va a “liquidar completamente” el Complejo, porque ser el amante del padre implicaría su castración.

Para el psicoanalista francés J.Lacan, seguidor de Freud, las cosas son diferentes en parte.

Para él ambos sexos desean ser todo para la madre, ser su falo (lo que le falta a la madre) pero el falo no es el pene, el falo es un significante que da a entender que el deseo de la madre no se puede colmar de ninguna de las maneras. Y para salvarse de esta especie de “Pozo sin fondo”, aparece la Metáfora Paterna, que es lo que los hace entrar en la cultura y dar un sentido a sus vidas, que si no, no lo tendrían.

Para la psicoanalista inglesa Melanie Klein, seguidora de Freud (aunque diferenciándose) hay un Edipo temprano donde lo envidiado por los dos sexos es el pecho materno, y ambos sexos tienen que hacer el duelo de esa pérdida, para no fijarse en la locura. Luego un Edipo tardío, donde lo envidiado es el pene y los niños: la niña quiere tener el pene y el varón quiere concebir hijos.

Para Melanie Klein la vida es un largo duelo, siempre estamos elaborando pérdidas, y en la clínica, hay que actuar sobre las fantasías, a diferencia de Lacan que propone trabajar el significante, ese mínimo de sentido que en Freud equivale a la palabra.

Por otro lado Freud, destacaba que El Complejo de Edipo, es el Complejo nodular de las neurosis, y que vuelve a repetirse con virulencia, después de la pubertad, en la adolescencia. De allí que los adolescentes pasen fuertes crisis y sean tan difíciles de comprender por algunos padres y por la sociedad.

Las fijaciones al Edipo traen síntomas, que se curan en psicoanálisis o en psicoterapia.

El Edipo es muy difícil de resolver, siempre deja algún trastorno pendiente, porque la sexualidad es traumática, sobre todo el trauma del descubrimiento de la diferencia sexual.

El cómo se resuelva el Edipo, para Freud, depende de lo que él llama Series Complementarias: lo biológico, lo accidental y lo psíquico. Por ejemplo, tomándolo de la clínica, una persona con una gran carga libidinal, a no ser que la sublime, corre más riesgos de enfermar por fijación al Edipo.

No olvidemos, a modo de conclusión, que Freud dice que Edipo huye de su destino , para volverlo a encontrar. Esto da lugar a otro tema complejo que es el de la repetición en psiconálisis, solemos repetir , en nuestras elecciones de objeto de adultos los que fueron objetos edípicos. De ahí los problemas que suelen presentar las parejas.