Edgar A. Poe ( EE.UU.,1809-1849) escritor, poeta y periodista romántico, reconocido como uno de los pilares universales del relato corto e inventor del relato de detectives; como se sabe, contrajo matrimonio con una mujer de 13 años, Virginia Clemm que murió 2 años después de que él publicara su famoso poema “El cuervo”, marcando su literatura.

Sus padres también murieron cuando él era pequeño y fue adoptado por una familia adinerada aunque su adopción nunca se hizo oficial.

No se sabe exactamente la causa de su muerte, hasta se habló de suicidio, pero permanece desconocida, aunque ocurrió siendo él muy joven.

La influencia de su escritura es enorme en los simbolistas, los escritores fantásticos, de horror, y en general, en todos los que le sucedieron.

Fue un cuentista genial y Borges le ha dedicado un poema muy hermoso que se halla en sus Obras Completas.

Para algunos psicoanalistas el duelo por la persona amada dura entre 6 meses y un año, pero en realidad y más cuando se trata de una gran pasión, no hay fecha exacta para ubicarlo.

Hemos elegido un bellísimo poema de Poe que habla del duelo por una mujer amadísima ( tiene mucho que ver con su vida), donde podremos apreciar todas las etapas del duelo: bloqueo inicial, rabia, negación , tristeza y por último faltaría aquí la de sustitución, que no ocurre en el duelo melancólico.

El poema dice así:

 

 

Annabel Lee

 

 

Sucedió hace muchos años, muchos años,

en un reino junto al mar.

Allí vivía una doncella conocida

por el nombre de Annabel Lee;

y esa doncella no vivía con otro pensamiento

que el de amarme y que yo la amara.

 

 

Yo era una chiquillo y ella una chiquilla,

en aquel reino frente al mar:

Pero nos amábamos con un amor que era más que amor

mi Annabel Lee y yo-

Con un amor que los alados serafines del cielo

envidiaban de nosotros.

 

 

Y éste fue el motivo por el que, hace mucho tiempo,

en aquel reino junto al mar,

un viento llegó desde una nube, helando

a mi hermosa Annabel Lee;

entonces vino aquel hidalgo pariente suyo

y la apartó de mi lado,

para encerrarla en un sepulcro

en aquel reino junto al mar.

 

 

Los ángeles que no eran tan felices en el cielo,

nos tenían envidia-

¡Sí!- este fue el motivo ( como toda la gente sabe

en aquel reino junto al mar)

por el que el viento vino por la noche desde la nube,

helando y matando a mi Annabel Lee.

 

 

Pero nuestro amor era mucho más fuerte que el amor

de aquellos que eran más viejos que nosotros-

de muchos que sabían más que nosotros-

y ni siquiera los ángeles allá arriba en el cielo

ni los demonios en las profundidades del mar

podrán nunca separar mi alma del alma

de la hermosa Annabel Lee.

 

 

Jamás brilla la luna sin que yo sueñe

con la hermosa Annabel Lee;

jamás salen las estrellas sin que yo sienta los brillantes ojos

de la hermosa Annabel Lee;

y así, durante toda la noche, permanezco tendido al lado

de mi querida, mi querida, mi vida y mi novia,

en el sepulcro junto al mar

en su tumba junto al mar sonoro.

 

 

El poema tiene un ritmo, una cadencia excepcional, es bellísimo.

Podríamos pensar en un duelo que no termina de cerrase; no, sin embargo, melancólico, ya que no hay reproches al objeto amado,ni “sombra que cae sobre el yo”, como dice Freud en el artículo “Duelo y Melancolía”, que recomendamos.

La obra de Poe es magistral, Poe es un gran maestro, si bien es cierto que algunos de sus poemas ya están desfasados; pero sus cuentos son de una vigencia que nos asombra y, para concluir, como dice Borges “nos dejó espléndidas y atroces maravillas”.