William Blake nació en Londres en 1757 y murió en la misma ciudad en 1827.

Fue un gran poeta ultraísta y al final de su vida muy radical, extravagante y rebelde.

Cuando contrae matrimonio sólo publica los “Esbozos Poéticos” y se inicia en las artes plásticas y la poesía. Estudia a los clásicos y a todos los grandes pintores del Renacimiento.

En la segunda etapa de su vida, con su maduración plástica y poética , llega a regentar un negocio de grabados.

Pasa 20 años sin escribir y luego acaba convirtiéndose su poesía en un canto de inusitada rebeldía.

Vamos a transcribir aquí para su análisis un bello poema de él que nos habla de lo que piensa del humanismo y de la relación con el semejante en el ser humano, dice así:

 

 

Una imagen divina

 

 

La crueldad tiene corazón humano

y la envidia humano rostro;

el terror revista divina forma humana

y el secreto lleva ropas humanas.

 

 

 

Las ropas humanas son de hierro forjado,

la forma humana es fragua llameante,

el rostro humano es caldera sellada

y el corazón humano, su gola hambrienta.

 

 

Es una visión desesperanzada del ser humano, muy distante de Dios (“una imagen divina”), que se asemeja en casi todo a la visión que Freud tenía del hombre: el semejante como alguien que me repudia, me odia y me hace daño.

Sabemos por el psicoanálisis, y desde Freud que la relación con el semejante no es nada fácil, y por Lacan que siempre hay entre los seres humanos una rivalidad especular, que proviene desde la primera infancia, recordemos la crueldad de algunos niños, por ej.

Por ello el “ama a tu prójimo como a tí mismo” mandato de Jesús, es un trabajo a realizar y no algo dado, lo dado es más bien lo inverso, que es lo que quiere destacar el poeta.

Sin embargo llama a su poema Una imagen divina, quiere hacer referencia a un cuestionamiento de este “ama a tu prójimo como a tí mismo”, pero sin perderlo de vista.

El odio entre los humanos deviene por las diferencias, por el odio a las diferencias, de ahí la rivalidad, la envidia y la crueldad a que hace referencia el poeta.

El amor al prójimo sólo se alcanza cuando se produce el “encuentro” al decir de los existencialistas, o sea, la identificación con el semejante.

Pese a todo el psicoanálisis plantea que el Narcisismo es un mito que encubre que la soledad es equivalente a la muerte.