A pesar, según Freud y los psicoanalistas de que el ser humano está sujeto al pasado, a su infancia que deja huellas indelebles en el inconsciente; el sujeto necesita proyectarse hacia el futuro, poner su deseo al servicio del futuro a través de sus proyectos y sus sublimaciones.

Lo contrario sería que el deseo tome el camino regrediente, sin esperanza, volver a un pasado perimido y que probablemente nunca existió, a un goce completo que nunca tuvo.

De este proyecto habla , entre otras cosas, Cortázar en el poema que vamos a recordar aquí.

Julio Cortázar nació en Bélgica en 1914 y murió en París en 1984 dejando una obra muy amplia que hubiera sido merecedora de muchos más premios de los que obtuvo. En uno de sus regresos a Argentina fue muy criticado por los otros escritores por haberse hecho francés y vivir en París ( el chauvinismo argentino ), en otro de sus viajes, fue en cambio, bien recibido.

Es uno de los autores más innovadores de su tiempo, con cuentos inolvidables y una cuantas novelas en su haber.

Vivió en Argentina casi toda su vida en Banfield y buena parte en Europa hasta establecerse definitivamente en París.

Aunque se destaca por su prosa, su poesía no es menos bella, pero sí, menos conocida.


Como cuento es sobresaliente “Continuidad de los parques” de una imaginación y originalidad excepcionales, superando muchas veces al mismo Borges; y como novela “Rayuela” que transcurre entre París y Buenos Aires destacándose por su misterio, imaginación y nostalgia.

Cortázar fue politizándose e incorporó la política a su obra avanzada, en particular en cuentos contra la dictadura militar de los años setenta en argentina.

Vamos a transcribir este bello poema del libro (extraído de sus Obras Completas)

De Le ragioni della collera” (1995 ):

 

 

Cartel

 

 

Veo el mundo como un caos y en el centro una rosa

veo la rosa como el ojo feliz de la hermosura y en su centro el gusano

veo el gusano como un fragmento de la inmensa vida

y en su centro la muerte

veo la muerte como la llama de la nada y en su centro

la esperanza

veo la esperanza como un vitral cantando a mediodía y en su

centro el hombre.

 

 

Trabaja con lo que tiene que vérselas el ser humano, pero la esperanza implica lo que al principio mencionábamos como proyecto para el psicoanálisis.

Recomendamos la lectura de este gran escritor contemporáneo que cantó bellamente a la infancia en su cuento “Final de Juego”.