La gran poeta argentina Alfonsina Storni, nació en Suiza en 1892 y murió en Argentina en 1938. Algunos la consideran dentro del romanticismo, pero en realidad produjo dentro de las letras una ruptura , por su originalidad que cambió la literatura latinoamericana.

Su prosa es feminista y es conocido su rencor hacia los hombres, cosa sugerida en el útltimo poema que escribió que vamos a transcribir aquí.

Tuvo cáncer de mama y fue operada, pero se deprimió tanto que desistió de toda ayuda médica. No sabemos si intervienen otras causas en esa depresión, los más románticos hablan de que al final de su vida tuvo un romance con un hombre mucho más joven que ella cuyo resultado culminó en su ser abandonada por él.

Pero esto no es más que una versión de la cual surgió una canción muy popular “Alfonsina y el mar”. Tuvo un hijo que la acompañó hasta Mar del Plata cuando ocurrió el suicidio que las versiones románticas describen como que se fue internando lentamente en el mar, y las otras, como que se arrojó desde lo alto de una escollera.

Trancribamos su último poema, para que podamos observar, como Freud en su trabajo de 1917 “Duelo y melancolía”, la melancolía que se desprende de él:

 

 

VOY A DORMIR

 

 

Dientes de flores, cofia de rocío,

manos de hierbas, tú, nodriza fina,

tenme prestas las sábanas terrosas

y el edredón de musgos escardados.

 

 

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera;

una constelación; la que te guste;

todas son buenas; bájala un poquito.

 

 

Déjame sola: oyes romper los brotes…

te acuna un pie celeste desde arriba

y un pájaro te traza los compases

 

 

 

para que olvides…Gracias. Ah, un encargo;

si él llama nuevamente por teléfono

le dices que no insista, que he salido…

 

 

 

 

Muy bello poema, que sugiere la pérdida de la madre y su deseo del retorno a los orígenes, y la pérdida del amante, en un duelo que no puede elaborar normalmente.

El melancólico dirige el odio y los reproches que inconscientemente le hace a su amado/a contra sí mismo, y esto puedo acabar en suicidio, como en el caso de Alfonsina; aunque no sabemos que parte ocupó su cáncer en esta decisión que ella, junto su amigo Horacio Quiroga consideraba “libre”, pero que desde el psicoanálisis sabemos que de libre no tiene nada.

Puede que Alfonsina exprese un rencor hacia los hombres a través de incluir hacia el final el verso “si llama él…”, y que ese “él” no haya existido nunca.

El melacólico se llena de autorreproches, se humilla, y empequeñece su Ego, se vive a sí mismo como un ser inferior a los demás y culpable.

Lo que sabemos, es que su enfermedad era incurable, pero también, que tenía un hijo ¿no fue suficiente para dar sentido a luchar por la vida?. No, no lo fue.

El melancólico, como en el caso de la melancolización de Storni, pierde el sentido de su vida, ya no le encuentra sentido a ningún proyecto.

Recomendamos la lectura de la obra de la autora y a no pensar que todas las feministas tienen rencor hacia los hombres, ya que sería caer en un prejuicio, en una generalización más.

Por último, recomendamos la lectura del texto de Freud “Duelo y melancolía” donde los diferencia y explica que en el duelo la tristeza es normal, por la pérdida del objeto de amor, y que se elabora en un tiempo normalmente sin ayuda terapéutica.