La vida de este gran artista , que marcó una ruptura renacentista con el arte anterior, empieza en Caprese el 6 de marzo de 1475 y termina el 18 de febrero de 1564, con casi 90 años.

En 1496 se traslada a Roma por primera vez y le encargan La Piedad, la primera de su serie. En mármol blanco, hoy en San Pedro. Es una obra maestra que realizó a los 24 años donde ya se perfila su genio inmortal.

Luego viene el David, que le encarga la República Florentina, de gran importancia política, símbolo de fe y coraje republicanos y los frescos de una de las paredes del Palacio Vecchio.

En 1503, Miguel Angel realiza la primer pintura, ya que  él se proclamaba fundamentalmente escultor y arquitecto, que llegó hasta nosotros, el Tondo Doni, verdadero manifiesto de lo que será el estilo del artista.

Su fama ya había alcanzado elevadas cotas. El Papa Julio II le pide que decore al fresco la bóveda de la Capilla Sixtina, Miguel Angel rechaza la oferta porque no se considera pintor, pero el Papa lo obliga y Miguel Angel accede, realizando así una de las obras más geniales de la historia del arte.

Trabajó casi durante 40 años sin ayuda, elige el programa iconográfico, que es muy complejo y de muy difícil interpretación y casi se mata en los andamios.

Psiconalíticamente hablando Miguel Angel posee un estilo muy definido: gran energía pulsional (entendiendo pulsión como fuerza y empuje), destaque de la musculatura y el dibujo, sensualidad, monumentalidad, enorme expresividad, influencia de su maestro Giotto, pero que lo supera ampliamente y marca época, dramatismo, neoplatonismo, y como dicen algunos estudiosos de su pintura, es “terrible”, enormemente expresa la tragedia del hombre en la tierra y la fe en el más allá, en otro mundo, un hombre, que por primera vez, está desgarrado.

El valor ético, desde el punto de vista psiconalítico de Miguel Angel, es crucial en la Historia del Arte, ya que éste artista rompe con todo el pasado mediante su expresividad y tragedia.

Pocos artistas tienen la fuerza pulsional de él y su monumentalidad, en este sentido podemos decir que en lo anteriormente expresado, radica la singularidad de él, caracterizada por una radical diferencia con los demás artistas y una superación del pasado.

En 1542 firma el contrato para realizar los frescos de la Capilla Paulina, dos grandes escenas dedicadas a la Conversión de San Pablo y a la Crucifixión de San Pedro. Estas obras con su ascética desnudez y su desesperado misticismo, constituyen su adiós al arte de los colores.

Caracterizamos a Miguel Angel como un genio desesperado, dividido por la tragedia del hombre, que él representa como pocos.

No olvidemos mencionar su Moisés, monumental, terrible y de una grandeza como pocas obras de arte,y la actitud de tener en cuenta en sus obras el modelo masculino de belleza.