Hemos elegido un texto muy interesante de un psiquiatra y psicoanalista francés , Alain Didier-Weill de su libro «Invocaciones» de editorial Nueva Visión (que recomendamos) porque allí Weill habla de la voz materna como introducción de la música en el humano y de la desmesura de Dionisios el dios griego de la música, para hablar de la extraordinaria catante y compositora Amy Winehouse, que nació en Londres en 1983 y murió en 2011, resucitando gran parte de lo que se estaba esperando del Pop-Art.
Amy Winehouse fue una sublime cantante y compositora inglesa de ascendencia judía que se destacó en distintos géneros musicales: el jazz, el soul y el ska.
Era contralto y su registro muy poderoso y su voz de timbre muy singular, capaz de expresar profundas emociones.
Ganó muchos premios, 5 Grammy en una noche, por ejemplo.
Tuvo un estilo muy distinto, con tatuajes, peinado beehive que la convirtieron en inspiradora de importantes diseñadores de moda.
Al cantar , danzaba brevemente, cuidadosamente pero con un enorme sentido del ritmo.
Fue una adicta desmesurada a las drogas y al alcohol, que acabaron procurándole la muerte precoz.
Amy tuvo su primer guitarra a los 13 años y comenzó a componer ya presentarse en bares de Londres.
Sus relaciones sentimentales fueron muy inestables, fue abandonada por su primer pareja lo que le provocó una bulimia de la que fue hospitalizada.
Luego encontró otra pareja pero volvió con el anterior, allí se entregó al alcohol y las drogas más duras.
Su constante, como signada (según diría Weill) por Dionisios fue la desmesura.
Tomemos por ejemplo una de sus más destacadas composiciones «Rehab» («Rehabilitación» en castellano) donde ella dice «No, no, no» a que la rehabiliten, la desmesura de lo invisible, la música, se hace presente como nunca en éste hermoso tema.
Su voz, sin duda extraordinaria, y como si saliera de las profundidas del infierno.
Veamos algo que dice Weill en el libro anteriormente mencionado, es del apartado los 4 tiempos de la pulsión invocante:» El primer tiempo corresponde al empuje inicial salido del injerto originario por el cual el sonido, el sentido y el cuerpo forman un continuum puesto en movimiento por la causalidad externa que es el sonido musical que encuentra -cuando no hay forclusión- un destinatario por ser un buen entendedor del sonido»…»la exuberancia del movimiento dionisíaco que, en esta fase, excede todos los límites apolíneos , se guía por un punto virtual que da una orientación a la pulsión invocante».
Recordemos que para Lacan (y Weill es lacaniano) la pulsión invocante es un llamado del Otro y una invocación, además, al Otro.
En Amy se hace carne la desmesura de este dios de la música que es Dionisios y lo ilimitado de su invisibilidad.
Sin duda, una cantante como muy pocas: el Pop parecía estar esperándola.
La pulsion que invoco a una gran cantante y compositora!
La invocación de una artista.
La desmesura encaminada, de alguna manera, hacía la expresividad mas enriquecedora. Es bueno señalarlo en relación a la cantidad de sujetos que hacen uso y abuso (estéril) de ella. O quizas, eso sea tema para otro artículo. La desmesura en el caso de Amy no solo abarco lo positivo (su extraordinaria carrera) sino y sobre todo, lo opuesto, que la llevó a morir a los 27 años.
Excelente artículo, profundo y que lleva a reflexionar sobre la desmesura (eros y tanatos) y la voz privilegiada de esta inmensa contralto que fue la precozmente muerta Amy Winehouse. Gracias.
No conocía a Weill, me resultó muy atractivo e interesante; Amy como ninguna, una reina lamentablemente inmersa en una desmesura que la llevó a tan precoz muerte. felicitaciones y gracias.
Yo seguí su carrera y el deterioro de su persona. Lamentable que no pudo sobrevivir a la droga y el alcohol. Fué una niña grande con muchos problemas. Una pena.
Una de mis cantantes favoritas, su voz me parece extraordinaria así como su estilo, lástima que no pudo seguir, fue mucho para ella. Muy interesante el comentario analítico hace reflexionar y dan ganas de un debate prolongado. Gracias y felicitaciones.
Una cantante sensacional, brillante, lástima su destino trágico. Muy importante el comentario analítico. Gracias
No dejan de causar estupor algunas historias como las de Amy: tanto talento, tantos dones y al mismo tiempo tanto exceso, tanto abismo prematuro. Como si su vida toda hubiera sido un campo de batalla entre el aire y la oscuridad («Back to black»… ¡qué tema!) de un modo tan ostensible. ¡Lástima que perdiera la partida tan pronto! Nos ha privado, a nosotros y al mundo, de toda esa belleza que su voz transmitía.