El escritor y poeta Mario Sampaolesi nació en Buenos Aires en 1955. Publicó los libros de poesía «Cielo Primitivo»(1981, Sociedad argentina de escritores); «La belleza de lo lejano» (1986, Amaru);»La lluvia sin sombra» (1992, La Guillotina); «El honor es mío» (1992 , Vinciguerra); «Puntos de colapso» (1999, Ediciones Dock);»Miniaturas eróticas»( 2003, Alción Editora); «A la hora del té»( 2007, Barataria poesía);»Malvinas poema»(2010, Editorial del Dock),etc.

Desde el año 2003 dirige el Taller de poesía de la Bibliteca Nacional.

Su libro «Malvinas-Poema» ha sido declarado de interés por la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

En su libro «Mare Nostrum» (2015, Libros del Zorzal), aparece un bello poema que queremos transmitirles, como una manera de acercarnos a la voz de este gran poeta argentino, se llama Eucaliptus, y dice así:

Pasaron las bandadas de cotorras;chillando volaban
en dirección al bosque de eucaliptus
Los nidos gigantes de paja,pasto y barro pendían
penden de las ramas más altas y fuertes.
Era un día soleado; el cielo por completo
azul de prusia radiante.
Yo llevaba colgada del hombro la vieja Nikon.
Una liebre desorientada, marrón grisácea
cruzó por delante
de nosotros ; sus ojos redondos,extraviados,
buscaron el camino hacia una cercana madriguera.
Discutíamos sobre un futuro viaje a París, a Bahía,
de la posibilidad de reparar juntos tanto dolor.
Vos enumerabas las razones de tu desesperación;
justificabas tus actos en esas tenazas acangrejadas
alrededor de tu garganta.
Yo miraba hacia los eucaliptus donde desaparecían desaparecen
las bandadas de cotorras.
Revoloteos nerviosos ocurrían entre el follaje.
Algunas hojas, ramas pequeñas,caían a través de la suavidad del aire.
Constaté el amparo que esos árboles
representaban.
Por unos momentos oí tu voz.
Después vi las sombras deformes de los eucaliptus
alargarse hacia nosotros.

Los personajes del poema hablan de dolor y desesperación, pero también del AMPARO que significan para aquellos los altos árboles.
Freud escribe sobre el desamparo como parte de la condición humana. Un desamparo que nos lleva a buscar refugio donde podamos a toda costa. Por eso el humano quiere regresar al útero materno, como esos eucaliptus que los cobijan.

Es notable como el poeta con tres palabras crea un mundo: dolor, desesperación y eucaliptus.

La sutileza del poema es de gran notoriedad, nada dice muy directamente, sólo sugiere, p.ej.:»Constaté el amparo que esos árboles representaban»; «tanto dolor»;»tu desesperación».

Pero no dice más ni menos, no aclara nada pero sugiere más que suficientemente.

Freud habla del desamparo en un apartado del «Proyecto de una psicología para neurólogos», el libro que precede su famosa «La interpretación de los sueños» de 1900.

Recomendamos la lectura de Freud como la de este poeta enorme y singular que repite palabras.

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