María Martins nació en Brasil en 1894 y murió en 1973, fue escultora con gran pasión, grabadora, pintora, música y escritora y se llamaba, en realidad, María de Lourdes Alves Barbosa. Nació en Minas Gerais, muriendo en Río de Janeiro y habiendo vivido en otros países.

En 1940 realiza su escultura O Ipossivel, Lo Imposible (que vamos a analizar), un hombre y una mujer en una especie de enfrentamiento, unidos únicamente por la parte inferior, y, en la superior, las cabezas, separados por largas púas, actualmente expuesta en el Museo Malba de la ciudad de Buenos Aires, muy bella y de gran originalidad donde se nota la influencia surrealista que la caracteriza.

Sus esculturas representan y evocan culturas arcaicas, están en Museos muy importantes del mundo como el Metropolitano de Nueva York, el de Arte de Filadelfia, etc.

Se destacó principalmente en el extranjero, realizando su primera exposición en Washington. La influencia surrealista le da un carácter muy sensual a sus obras.

En la bellísima escultura Lo Imposible, que pueden ver en nuestra foto, destacamos lo que el psicoanalista francés J. Lacan llamó lo imposible de la relación sexual: dice Lacan, hay acto sexual pero no hay relación sexual, no hay seres que se complementen y de dos hagan uno solo, la diferencia de los sexos produce esta separación, pero no sólo la diferencia de los sexos, ya que en una relación homosexual tampoco hay Uno sacado de dos seres unidos.

«No hay relación sexual», no hay media naranja, no hay un ser hecho para el otro, no existe el UNO, siempre hay dos que son suplementarios y no complementarios.

La sexualidad, para Lacan, es traumática, es trauma, nunca encaja bien y siempre, a pesar de que sí hay un goce fálico en ambos sexos, deja un resabio de insatisfacción, aún cuando alcance muy altas cotas.

No existe un ser Ideal para nadie, solo existe uno que se puede acercar más o menos al Ideal.

Otro aspecto de la escultura puede apuntar, es otra lectura, a la rivalidad eterna entre los sexos, que los desune y produce la impresión que magistralmente señala la estatua.

Es una escultura como pocas, a no dejar de verla.

El resto de la obra de María Martins también es muy interesante, pero por razones de espacio no podemos comentarla aquí.

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